EL PROBLEMA CON EL EGOÍSMO
Antes de partir esta columna,
quisiera primero enunciar los siguiente: El Socialismo en estado puro no sirve
ni es aplicable, si quiere se lo repito, El Socialismo en estado puro no sirve
ni es aplicable, habiendo dicho esto, debo decir, que la expresión de violencia
no partió hoy, ni ayer, sino que hace décadas atrás, cuando como sociedad
dejamos hacer, pensando que las autoridades si sabían lo que hacían, que el
elástico se iba a estirar hasta el infinito, pues no, por ejemplo navegando por
twitter me encontré con el siguiente mensaje “Alza de las tarifas de metro se
suma a: Colusión de Farmacias Colusión Confort Colusión Pañales Colusión Pollos
Pensiones Indígenas Concentración de Bancos Alzas Isapres Calidad en la
Educación Delincuencia ¿qué más quieren ctm?”, este twit condensa bastante el
sentir del ciudadano a pie, y que de hecho en su mayoría no vota porque cree
que si no participa su vida sigue igual o a eso ha sido convencido, pues bien,
esa dejación tocó fondo en forma de la última alza del metro, que por sí sola
no explica lo que pasa, sino que ha sido la gota de derramó el vaso, el
catalizador de una bomba de tiempo social que se ha venido armando desde un
tiempo a esta parte, y el factor decisivo, es un factor muy sutil, casi
inadvertido que está en la base del ideario de la derecha más dura, como lo es,
el egoísmo, este concepto es fundante de la teoría económica liberal de Smith o
del mas moderno Hayek, sin embargo, mentes termocéfalas que conforman el
capital intelectual de la derecha extrema como Javier Milei en Argentina o
nuestro connacional y muy chileno Axel Kaiser, defienden el concepto que las
personas como regla número uno deben velar por si mismas primero, y el que no
es rico, es por un tema de flojera implícita en las clases bajas y pensando que
realmente todos tenemos las mismas oportunidades, pues no, lamentablemente la
realidad es algo distinto a ese sueño neoliberal o anarco-capitalista si se
quiere, pero lo más grave, es que, al plantear que el egoísmo es la clave del
éxito es el equivalente de poner una molotov en la mano de un joven que apenas
sabe por qué lo hace, puesto que el único camino al que conduce una disonancia
o diferencia entre “lo que se dice y lo que se hace”, que debería ser el real
lema en el escudo nacional, inevitablemente conduce a la violencia mas
desenfrenada e irracional, porque se le deja a las personas la responsabilidad
de conciliar la teoría con la práctica, o la vendida de pomadas mágicas del
emprendimiento, de la libertad de elegir, de que con estudio y esfuerzo se
puede llegar lejos y en realidad, es mentira porque el mercado no funciona como
debería funcionar, justamente por egoísmo, puesto que es más fácil financiar al
poder político que es el que debería regular el mercado, generando distorsiones
que al final termina en malestar al “destaparse la olla” una y otra vez, pero
que al final, en la mayoría de los casos queda con los culpables con clases de
ética, y al que se roba una manzana en la vega le dan 5 años y un día. El
egoísmo, hace que destruir el metro no sea malo en la mente de la gente
violenta, puesto que a nivel personal, este ser destructor, se siente
violentado, no como una respuesta social, sino que como una respuesta personal
de sacarse la rabia propia, los malestares propios, y en ese caso, no hay bien
público que valga o pensar que alguien o el mismo va a usar eso mismo que
destruye, sólo ve rojo y disipa sus más bajas y egoístas pasiones. Y finalmente
el egoísmo hace que el gobierno no funcione bien, puesto que como valora el
egoísmo, queda presa de autoridades egoístas que hacen cálculos egoístas, en
donde no son capaces de coordinar dos partidos, o su bancada parlamentaria o ni
siquiera el gabinete, porque hay agendas egoístas que se defienden a capa y
espada por los medios.
Y así gracias al egoísmo, estamos
en estado de emergencia
19 de Octubre de 2019
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